Estaba en casa de mi madre, como todos los viernes por la tarde, con mi sobri merendando-jugando-viendo-la-tele, que viene a ser todo uno. Me llamó si Santo y sin darme cuenta que detrás de mi se hacía el silencio, le conté las ultimas noticias de la ecai , las que ya sabeis, los retrasos. Cuando acabé le dije: - “lastima que no me pueda emborrachar” (estoy con antibioticos, aunque en cualquier caso con una copilla habría sido suficiente, tampoco es plan de ponerme a cantar el Asturias Patria Querida a todo el vecindario)…
A los dos segundos apareció mi sobri con un rollo de esparadrapo, se encaramó a una silla y acabó pegándomelo en la boca. Mientras tanto me decía: “- tía, nada de emborracharse, la paciencia es buena, es bueno esperar, luego te darán un niño y una niña y habrá sido bueno esperar…”
Aprovechando la coyuntura empecé a hacerme “la pobrecilla” jajaja!!! (vale, una burda treta para que me diera besitos y abracitos, soy lo peor…) y cuando se cansó de achucharme me apartó y me dijo
: - “claro, tu aquí llena de mimitos y ni siquiera sabemos como estará él…”
En realidad debería haber aprovechado para recordarle que por desgracia para todos nosotros solo será uno, un primito…pero me dejé llevar por los achuchones y no reaccioné. La próxima vez se lo digo.
(Vale, soy adicta al blog, no me he tomado ningun kitkat...)